La vigilancia provee un elemento de
suma importancia para las ciudades, y este es la
producción de información. Aunque su tecnificación trae aparejado el
surgimiento de nuevos riesgos y peligros.
El comercio de bases de datos y la intercepción de información son
peligros que acechan esta nueva era. La información que se
desprende de la vigilancia puede ser filtrada por sus mismos
operadores y mercada con grupos delincuenciales, de este
modo, delitos como el secuestro, el narcotráfico, tos robos,
entre otros, serían, o ya son, privilegiados.
El uso de los aparatos tecnológicos de
punta en materia de vigilancia y control social
representa un contra- uso de estos mismos, que se manifiesta
a través de la resistencia o la confrontación de o
contra el vigilante, en este caso el Estado. Esta situación nos
invita a proponer que en México se tomen en cuenta los
riesgos que significa implementar una nueva tecnología de la
vigilancia, no solo analizar la acción, sino que también la
reacción; dicho de otra forma, se debe de llevar a cabo
una administración del riesgo y los peligros que se presentan
con ello.
Por lo tanto es
necesario que México construya sus propios principios con los cuales se resguarde la integridad de las
personas, así como su intimidad. Es sin duda un gran
problema el que la información recabada sea material de tráfico y con
ello facilite ta comisión de delitos. Sin duda
alguna, con la aparición de las nuevas tecnologías también han
aparecido nuevos problemas. Por ello, debemos de cuidar
que los vigilantes, sin importar quienes sean, no utilicen
la información para fines personales y hagan de la
vigilancia un negocio, por tanto, se hace necesario vigilar a los
vigilantes.
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